Javer, preferí
escribir la respuesta a tu mensaje en forma de blog público pues me gustaría
que otros opinaran sobre el tema. No seguí el consejo de mi prima hermana,
residente de un kibutz, que me aconsejó que escribiera algo que en los blogs
públicos de gmail estaría sumamente prohibido. Es que los americanos son muy
conservadores en ese sentido, lo digo porque hace más de cuarenta años que vivo
en Estados Unidos, en el este, medio oeste y oeste—me falta el sur. Eso es lo
que pido de ti antes de opinar, que no solo te informes bien desde los dos
puntos de vista, pero también convivas
con ambos palestinos e israelíes en sus tierras. Ya sé, me has dicho que no
pasarías por “la frontera de Israel, un estado racista”. Sin embargo, yo jamás
opinaría sobre un estado y su gente sin conocer bien y personalmente de lo que hablo. Yo voy por
mi quinto viaje a la región, y aun así no me atrevo a opinar porque no vivo el
día a día. Eso sí, te podría explicar y dar ejemplos de los pros y contras. Además,
lo que me atrae a mi es el arte y no la política y por eso me gustaría que
escucharas los versos en ladino y griego de Yasmin
Levi, “Porque”. La respuesta, el porqué
de las cosas no es tan fácil de contestar como algunos pretenden.
Empecemos por la
población israelí a la que tú crees en su mayoría “favorable a la
ocupación”. La mayoría quiere la paz, y
déjame explicarte. Recuerda que soy
profesora universitaria, así que te pareceré
un poco “maestra ciruela”. Por lo tanto, tenme un poco de paciencia. Un artículo de El país del 2003 hace
hincapié en que 56% de los israelíes está en contra de los asentamientos judíos.
Además, según este mismo artículo, está aumentando el número dispuesto a
desprenderse de territorio pre-1967. Recuerda también que 24% de los israelíes
no son judíos. Por ejemplo, según las estadísticas, en Israel también viven musulmanes de
origen árabe(1,2 millones), beduinos, cristianos, drusos y unas cuantas
minorías más. Finalmente, debemos recordar que dentro de Israel también hay ciudadanos que se mueven
y trabajan duro para una paz digna. El reporte de B’Tselem lo demuestra, una organización israelí para la paz. Lamentablemente, el
gobierno israelí no les hizo mucho caso. Por lo tanto, decir que Israel es un
“estado racista” es olvidarse de todos estos ciudadanos. Yo encuentro a Israel
uno de los países más multiculturales del mundo. Sí, existe el racismo. Pero el
que existe es más bien entre grupos de judíos—judíos rusos, judíos etíopes,
judíos sefarditas, judíos árabes, judíos alemanes, judíos franceses, y de,
demás. Los que más odian son la mayoría de los ortodoxos. Es una historia de
nunca acabar. Esto lo palestinos lo saben muy bien. Ellos mismos dicen, “Si
ustedes los judíos no nos tuvieran, os estuvierais matando entre sí”. Así que
por favor, eso de decir que el israelí es como el alemán, te vuelvo a recordar
el 24% de la población.
En tu singular
escrito, mencionas que es imposible visitar Palestina sin pasar por Israel.
Todo palestino que vive en el exterior y quiere visitar a su familia en
Cisjordania, vuela a Aman, Jordania y de allí viaja a, por ejemplo, Ramala
(unos 100 kilómetros) de diferentes formas. Se puede ir en autobús, lo más
económico, o en taxi-exprés, y hay una compañía que pasan la frontera sin que
se revise nada, según mis informantes palestinos—eso sí, cobran U$S 200 por
persona. En cuanto a Gaza, se puede entrar por la frontera con Egipto. Por lo
tanto, la entrada no es siempre posible y en ocasiones hay que esperar unos
días. Hay veces que los países árabes pueden ser los malos de la película
también. Por si cambias de parecer y visitas Israel, te
recomiendo el cruce a Palestina por Tul Karem pues no encontrarás mucho tráfico
por ese camino (ver foto). Cerca de allí, existe hoy día una comunidad de
antiguos latinoamericanos con quienes tal vez tendrías interés de platicar.
En cuanto al tema
del socialismo y los kibutzim, es
verdad que en Israel ya quedan cada vez más menos comunidades realmente
equitativas. Sin embargo, hay aun bastantes. Te quería invitar al Néguev para
visitar una de ellas, pero tú no quieres viajar a Israel y mi prima quedó muy dolida
con tu carta. Sin ella, no hay invitación.
Aunque todo tiene arreglo en esta vida. Y no escribiré sobre España y el
racismo porque ese será el tema de mi siguiente blog, “La leyenda de una casa en la Judería de
Toledo”.
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